Encorcavado por el llanto caminaba un hombre. Viendole el viento, amigable se acerco para decirle:
¿Sufres mucho, buen hombre?
Molesto ante lo que era evidente, el hombre dijo:
¿Es que no lo sabes al secar una y otra vez mis lagrimas vertidas?
Y el viento le contesto:
Por eso pregunto, pequeño hombre, porque las verdaderas lagrimas son tan profundas que no puedo llegar hasta donde estan para secarlas. Eso es quehacer de mi hermano el TIEMPO.

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