Maravillado ante una bella y fragante rosa, con alegria impetuosa la tome y sus espinas se clavaron en mis manos. Di entonces un grito de dolor y desperto la flor que dormía.
La flor, viendose cautiva, con suavidad dijo:
¿De que te quejas amante de la belleza? ¿No fue Sólo tuya la elección de tenerme entre tus manoS?
°°vred
PAZ Y RESPETO
CORAZÓN RENOVABLE 2009

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